01 septiembre 2011




Las fotomultas: ¿un negocio o nos ayudan a ser mejores ciudadanos al volante?
“Estamos frente a unas medidas disciplinarias injustas que son desproporcionadas, no existe  pedagogía seria para que seamos mejores ciudadanos cuando conducimos”, cuestiona el concejal Jesús Aníbal Echeverry al hablar de las fotomultas en la ciudad.
“Exijo como corporado más pedagogía, que se tome el ejemplo la Cultura Metro, las medidas de ciudad se deben tomar sin quitarle la plata a la gente que lucha y trabaja de sol a sol para llevar el sustento. Las amenazantes quejas y cartas que llegan a mi despacho dan fe del inconformismo de muchos ciudadanos que reclaman cámaras para atrapar los bandidos, robos, atracos y no para negocio, ni mucho menos para sacarles la plata a los conductores de la ciudad.
Los únicos responsables de aprobar los 500 comparendos diarios, por supuestas violaciones de los conductores al Código de Tránsito, son los mismos agentes, a quienes les cabe la delicada tarea de monitorear y procesar toda la información grabada en las sofisticadas cámaras (70 de un valor unitario de $90 millones) instaladas en estratégicos sitios de la ciudad.
Así no se protege la vida, al contrario, se atenta contra la dignidad humana porque usted no ha autorizado que le tomen fotos y menos a su automóvil.
La otra cara de la moneda de la medida, son las largas filas que deben soportar solamente para acordar la fecha de asistencia a un cuestionado curso pedagógico sobre normas de tránsito; no sin antes cancelar un porcentaje del comparendo, que más que un curso, es un irrespeto, una afrenta a la dignidad humana, un castigo adicional que pesa sobre inermes ciudadanos que, impacientes, desean que les rebaje, pidiendo más pedagogía y otras medidas formativas que no toquen su bolsillo.
Asisten ciudadanos humildes, asalariados, que ante tan odioso atropello, dejan en caja el dinero de sus ingresos o de su salario mínimo, con el cual se recaudan millones de pesos, gracias a una autorización otorgada por el Ministerio de Transporte.

Pero es que en una ciudad como la nuestra, donde no cabe un carro más, ausente de planeación y espacios para las vías, la movilidad desde hace décadas es más caótica, cada vez es más evidente la magnitud del rezago de infraestructura vial, porque no responde al crecimiento automotor, y ello no se corrige con simples decretos ni con ‘video multas’, sino con obras para la movilidad.
Una ciudad que reclama vías, andenes y zonas peatonales, legalización de transportadores informales, cobertura total de transporte público, es propicia para hacer plata con tantos bemoles y aspectos por mejorar.
Estamos, entonces, frente a unas medidas disciplinarias que castigan la más leve contravención, y con sanciones pecuniarias que son, a todas luces, desproporcionadas e injustas. Y como si se tratara de una sociedad más organizada, apropiadas para aplicarla en países de condiciones sociales, culturales y económicas, bien diferentes a nuestra idiosincrasia.
Así mismo, se están violando derechos individuales, como el debido proceso y el derecho a la intimidad (la filmación de una persona debe ser autorizada), que tampoco es un proceso legal contemplado en el Código Nacional Disciplinario ni el Código Nacional de Tránsito”, así concluye el corporado.

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